lunes, 30 de noviembre de 2009

La lluvia


Llueve. A través de la ventana observo cómo caen las gotas destilando la ciudad. El cielo se ha abierto y deja caer tímidas gotas que, copiosamente, han ido cubriendo todo lo que encuentran a su paso. Desde aquí puedo ver cómo sonríes y como nos miramos, quedándonos mudos y contemplando como la lluvia moja tu cara. Al fondo, el paisaje se enmudece y tú llegas sorteando los charcos. Eres la auténtica protagonista de esta historia que me gustaría no tuviera final.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Deseos


Entre los celos y el deseo pueden suceder mil cosas. Desde la máxima plenitud hasta el más extremo de los arrepentimientos. Basta decir que aquí el cuidado no existe y que nos movemos por impulsos, impulsos que pueden hacernos tocar el cielo y huir a los infiernos en décimas de segundo…

viernes, 27 de noviembre de 2009

Al olvido


Si fuera tan fácil olvidar. Si nos levantásemos al día siguiente y apenas recordáramos las cosas buenas que nos sucedieron el día anterior, viviríamos siempre rodeados de un aura de felicidad que no sería propia de un ser humano. Incluso la balanza que mantiene el equilibrio acabaría partiéndose y produciendo en nuestro interior una serie de sensaciones que nos llevarían al caos y la desesperación. Por eso a veces recordar lo malo nos hace ver que tenemos que continuar con más fuerza que la conseguida hasta ahora, porque sólo así, cuando lleguen las cosas buenas, el esfuerzo será mayor y la satisfacción desbordará todos y cada uno de nuestros sentidos.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Resurgir de la nada


Si pudiéramos encontrar todo lo que tenemos en nuestro interior. Poder sacar a flor de piel nuestras sensibilidades y mirar a los demás hasta comprobar de qué están hechos y qué contienen que nosotros no tenemos. Observar qué les falta y qué nos falta a nosotros. En definitiva, conocernos para saber cómo será y para saber un poco mejor cómo somos. Pero todo esto sería bastante sabiduría para simples cuerpos que están de paso en este mundo. Para algo que acabará convirtiéndose en polvo y que el tiempo se encargará de borrar.

martes, 24 de noviembre de 2009

Recuérdame


Verás cómo un día guardo todo lo que nos pasó. Aquí dentro están escondidos deseos en la caja de los recuerdos y allí, más al fondo, la más dulce de tus miradas. Comprobarás que el cielo que me entregaste sigue recostado en mis costillas y que los susurros que lanzabas en la madrugada continúan dentro de mis oídos. Ya lo verás. Algún día te encontrarás irremediablemente con esta verdad y sabrás que de poco me he olvidado.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Perdido


Me he perdido. Quizás no logré seguir las señales y a alguna que otra le perdí la pista. A lo mejor todo hubiera sido mejor si me hubiera guiado por las estrellas, pero seguramente hubiera llegado un punto en el que me habría perdido aún más. Por ahora, he de caminar con paso firme y continuar hasta encontrar la próxima señal. ¿Cuál será el destino? Ahora es lo de menos, lo importante es llegar a tiempo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Cómo duele


Dolerá saber que no volverás junto a mí. Extrañaré tus sonrisas cuando nos sentábamos bajo el viejo roble que vio crecer todo lo que ahora echo de menos. Mientras tanto, quiero seguir esperándote y creyendo que algún día volverás rodeada de olor a vainilla…

sábado, 21 de noviembre de 2009

Fuera de tiempo


Hay veces en la que nos merecemos lo que nos sucede. Aunque nos quedemos varias noches sin dormir pensando porqué nos sucede esto. Lo único cierto es que si pensáramos dos veces antes de actuar, las cosas serían diferentes. Pero pasado un tiempo se nos olvida este precepto y no lo ponemos en prácticas. Entonces llega la hora de las lamentaciones y los recuerdos pesan tanto que ya no sabemos ni qué hacer.

viernes, 20 de noviembre de 2009

Sin respuesta


Se había levantado y le temblaba el pulso en una mañana fría, de esas que dejan escarcha tras los cristales y calles mojadas. Comenzó a notar que algo le faltaba y, decidida, comenzó a buscarlo por toda la casa hasta el más ínfimo de los rincones. Pero lo cierto es que no encontró nada. Después, una nota le dejó marcada para siempre. Fue lo único que daba respuesta a tantos años de besos y dulces atardeceres de invierno. Pensaba que esas palabras mentían, que si se encontraba con él, sus ojos sí que le dirían la verdad, pero lo cierto es que nunca supo nada de aquélla alma con la que había compartido varios años de su vida.

La princesa del cuento


Me dan igual las historias donde fuiste protagonista. Tú, la reina de cuentos sin final y teatros sin principios. No quiero escuchar tus mentiras una vez más, aunque reconozco que me moriría por un beso tuyo, aunque éste estuviera lleno de soledad o vacío como las tardes efímeras de enero. Habrá que continuar aunque sigas llenándolo todo de pequeñas infamias que me hieren el más profundo de los sentimientos. Y todo lo deberás hacer por una razón que perece no encontrar su sitio, por esa única razón…

jueves, 19 de noviembre de 2009

Cadenas de amargura


Comenzaron los problemas y se quedó prendida de la soledad fijando sus ojos en el olvido. Agachó la cabeza y caminó por la vida intentando escapar de cadenas de amargura que le amarraban los pies a un presente oscuro que no daba señales de tener una salida por la que poder salir al exterior y así observar las estrellas de noche. Todo había cambiado en ese momento. Ni ganas de vivir, ni alegría en el mantel a la hora de cenar. Se ahogaba dentro de un vaso lleno de silencios que gritaban en el más profundo de los abismos…

martes, 17 de noviembre de 2009

Fin de fiesta


Ni siquiera sabemos lo que sucederá cuando los minutos vayan desfilando ante nuestros ojos. Lo único que se observa es que este momento parece haber convertido todo lo grandioso en algo que carece de total importancia. Mientras que tú sigues insistiendo, yo observo que las rosas han perdido su color y que sus tallos parecen haberse resquebrajado con el paso del tiempo, hasta dejarlas sin vida. Incluso las velas que se mecían en la fuente de cristal han acabado ahogándose rodeadas de aguas estancadas y podridas. Las luces se han tornado oscuras y han convertido el espacio en una desolación continua. La fiesta terminó.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Insomnio


Son la una. Apago la luz, me arropo y cierro los ojos. Me encuentro incómodo, me doy la vuelta y vuelvo a acomodarme. No puedo dormir. Son las tres. Tengo sed. Me levanto, vuelvo a acostarme. La luna da de lleno en la habitación, poco a poco va fijando su objetivo en los pies de la cama. El reloj del salón marca las cinco. La luna dejó hace tiempo de alumbrar mi cuarto. Tengo frío. Cierro la ventana. Escucho ladridos de perros. El reloj vuelve a recordarme que son las seis. Cuando estoy a punto de quedarme vencido, la claridad de un nuevo día me despierta. Son las siete. La ciudad se despereza ante un nuevo día.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Corazón en pruebas


Levantarse al día siguiente con un corazón nuevo parece tarea imposible. Más todo depende de la envergadura del problema que atañe directamente al órgano que mueve los sentidos y las sensibilidades. Mientras esto sucede debemos evitar que la fuerza motriz sean las lágrimas logrando sacar en cada momento una sonrisa, o al menos intentar esbozarla para dejar enmarcado en el instante una pequeña alegría que nos anime a confiar en un futuro con un corazón casi nuevo, asemejado al anterior pero con una fuerza que supere los obstáculos con más energía que aquel que se desvaneció en el intento.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Inevitable


Todo aparece enmudecido por el tiempo, como si se hubiera detenido cualquier acontecimiento digno de ser admirado por nuestros sentidos. Todo se encuentra inmóvil, nada da señales de que algún movimiento pueda producirse a nuestro alrededor. Ningún ruido afuera. Hasta el silencio parece haber dejado de hacer presencia en este grande caserón en el que me encuentro. Bajo al salón para observar con más detenimiento qué está pasando y me encuentro con que el viejo reloj que guía nuestros sentidos ha dejado de seguir girando. Al lado, las huellas de tus manos intentando evitarlo. Pero ya fue imposible. Ya se paró el reloj que marcaba nuestra vida juntos. Y esta vez, para siempre.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Noviembre (y II)


La melancolía respira por cada rincón. El revuelo de hojas en el suelo te hace ver que algún día caerás y serás arrastrado por el aire convirtiéndote en cenizas, en nada. El Carpe diem aparece divinizado en este tiempo donde lo efímero pasa factura. Donde cada segundo no volverá a tener una réplica idéntica. Un mes donde nos damos cuenta de que cada día hay que considerarlo como uno que no volverá. Y, casi sin darnos cuenta, cada hora pasará hiriéndonos hasta que la última, la más cruel y fría de cuantas pasen por nuestra vida, acabe matándonos.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Todo pasa


Ya no me desarman tus miradas. El tiempo en el que tus palabras contaban para mí, acabó pasando como pasan los meses del calendario. Llegó la hora de mirar hacia delante y descubrir que ya no está el lugar donde me sentaba a mirar y a esperar tu llegada. Ahora es el momento de que tú te pierdas en la oscuridad y de que intentes llevar tu vida como tú quieras. Puedes perderte, escalar montañas de felicidad o caer en el abismo de tus desgracias. No tienes magia, ni besos dulces, ni tan siquiera miradas que puedan demostrar algo. Y ya me da igual, porque ahora…no me dices nada.

martes, 10 de noviembre de 2009

Bajo mínimos


Cada vez que alguien intenta levantar el vuelo y poder así desplegar toda su libertad, se encuentra en un estado de plenitud, que sólo pueden describir aquellos que se han encontrado alguna vez en la misma situación. En cambio, cuando nos cortan las alas y caemos de bruces contra el suelo, la sensación de inferioridad puede ser comprendida por muchos, ya que todos, alguna vez a lo largo de nuestra vida hemos conocido el fracaso. Y así me siento yo, frustrado y perdido en una etapa que parece no llegar nunca al desenlace o, al menos, al cambio de dimensión. En este momento no sé el dónde, ni el cuándo ni el cómo. Ni tan siquiera el porqué.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Los ecos de la libertad


La libertad no tiene límites. Ni tan siquiera el muro más importante podrá separar las masas que están unidas por un solo corazón y un único sentimiento. No se trata de dividir sino de unificar para llegar a la más alta de las satisfacciones obtenidas. Alcanzar la plenitud máxima estando en consonancia consigo mismo para poder así entremezclarnos con la naturaleza dando lugar a una armonía que lo envuelva todo. Hoy es uno de esos lunes en el que ves el principio pero del cual desconoces su final. Mientras tanto, conformarnos con poder vivir, es ya una gran alegría para nuestros ojos.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Lágrimas de Noviembre


Y entonces al llegar por la mañana a su casa, la encontraba allí en el patio con una bandeja de metal y vaciando en ella litros de oro líquido, decía: una por papá, otra por mamá, y así con no sé cuántos difuntos. Esto lo hacía con sumo cuidado mientras iba encendiendo las llamadas mariposas y, lanzándolas a la balsa de aceite, llegaban a un mar que acabaría consumiéndolas poco a poco. Después colocaba la bandeja en el cuarto del final, a la derecha y seguía con sus labores. Recordando que por la noche tenía que hacernos gachas para comer, pues era la tradición del día de difuntos.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Seguir


Abres los ojos. Y te encuentras con que frente a ti los rayos del sol hacen que vuelvas a la realidad y observas cómo el frío va llegando en un mes donde la tristeza lo inunda todo. Vuelves a taparte para que no erizarte pero te das cuenta de que ahora tienes obligaciones y que deberás responder a ellas. Recuerdas cómo hace días te marchaste y encontraste tranquilidad al lado de un rincón que siempre llevarás dentro. Y poco después descubres que se ha producido en ti un pequeño cambio: ahora viajas por la memoria pero lo haces con una facilidad que consigue hacer que cuando vuelves al presente te sientes más arropado por aquello que te rodea. Quizás sea un día en el que, sin duda, haya que continuar.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Templanza


Cerrar los ojos e imaginar que estás donde deseas. Sentir que pronto vas a encontrarte con ese paraíso donde vas a poder evadirte y de todo y dedicar las tardes a la nada y a la recuperación para volver con más fuerza cuando te encuentres con la realidad. Tardes de un noviembre que se presenta incierto sin saber qué pasará, aunque sí sabemos la base sobre la que nos encontramos porque ya hemos vivido un antes que ha calmado nuestra inexperiencia. Y antes de haber recobrado las energías para poder repartir seguridad allá por donde vamos, nos damos cuenta de que llega otra vez el momento de continuar y de ponernos en marcha para coger otra vez el tren de la monotonía que nos llevará a esas mañanas donde el sol nos despierta entrando por la ventana y despertándonos en un nuevo día.