martes, 21 de diciembre de 2010

Littera


La lluvia moja los cristales de la memoria. Nos trae sonrisas de tardes de café y paraguas, viajando en el tiempo como si estuviéramos dominando el universo desde la perspectiva más alejada de la realidad. Después sale el sol y toca volver a poner los pies en la tierra. Y es entonces cuando caigo de bruces sobre la hierba mojada y apenas puedo levantar la mirada para descubrir un mundo ante mis ojos. Quizás todo fuera más fácil si tuviera entre mis manos el reloj del tiempo que domina el devenir de los días. O quizás escondiera bajo las sábanas la certeza del universo bajo efímeros segundos que muestran tardes de primavera con momentos que guardar en los bolsillos. Pero lo cierto es que ahora no toca pensar…ahora no.

lunes, 6 de diciembre de 2010

El último vals

Ya se bailó el último vals. Ya nada va a volver a ser como lo era en un principio, donde seguramente las sonrisas inocentes no escondían debajo más que la cándida ironía de la vida más jovial y risueña.
Se olvidó el tiempo de traer felicidad porque ya sé quién eres. Aunque ahora no estés, sabes que eres una persona a la que olvidar. Dejarla en una lista que se perderá en el tiempo y se llevará los recuerdos que bailaron hace años conmigo.
Quedarán memorias de aquellos tiempos, más las menos y no seguramente las mejores, sino las que me llevaron a elegir entre dos caminos, el más corto y el más apacible, y el más largo y el menos sosegado. Por suerte o por desgracia yo elegí el segundo.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Diciembre



Si supieras, diciembre, que me duele la piel, me traerías días con ungüentos de eneldo y lavanda para esta alma en sequía. Si supieras tú, diciembre de musgo y paisajes nevados, que he cometido tantos errores desde la última vez que me encontré contigo, no darías crédito a las mañanas que humedecen los cristales con momentos de antaño y estampas con sabor a tardes perdidas de paseos bajo los sauces.
Ni te imaginas las noches de verano, ni tan siquiera cómo llegó este septiembre que exprimió los últimos días del hastío de una manera cruel y sin piedad.
Por eso, diciembre de tardes cortas y castañas asadas, te pido que traigas sábanas de alegría, y que tus ojos negros no se lamenten por el escaso brillo de mis lágrimas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

La ermita del tiempo (II)



Cuando las puertas vuelvan a abrirse de par en par y el olor a nardos recorra las aceras, la luna volverá a derretirse y caerá convertida en gotas de cera dejando un reguero que anunciará noches con olor a jazmín, y comenzarán a florecer las amapolas. Será mayo, y a partir de ahí los días conspirarán para dejarnos un verano de sol abrasador y siestas después del café. Entonces comenzarán a caerse las naranjas y las sillas poblarán las calles hasta que caiga la noche. Y será verano. Y volverá la vida.

viernes, 17 de septiembre de 2010

La ermita del tiempo (I)



Cuando la centenaria ermita cierre sus puertas, todo habrá pasado. Dentro aguardarán cánticos de las monjas que antaño pasaban por allí para postrarse ante el Señor que cuida al pueblo. A lo lejos sólo quedarán las palmas abatidas que adornaron las calles y la comarca quedará adormecida durante meses, ahogada entre tardes nocturnas que traerán el frío y el devenir de las horas reposando levemente sobre hojas marchitas que se perderán en el tiempo. Pero a lo lejos, la ermita resurgirá imponente sobre la ciudad...

domingo, 1 de agosto de 2010

Noche de Verano


A las dos y media de la mañana se dejó caer sobre las sábanas que esperaban su momento. Se recostó del lado contrario al del corazón y cruzó a la altura de las muñecas los brazos haciendo una equis. La luna entraba por la ventana en la calurosa noche de julio. Reflejaba en la pared azul, que parecía darle vida como si fuera el mar. La mano izquierda yacía boca abajo en la almohada mientras que la derecha, aparecía con tres dedos algo encogidos, el pulgar abierto y el dedo índice algo más extendido como si estuviera señalando al cielo. Y así se durmió.

lunes, 26 de julio de 2010

Apolo Ígneo


El calor se derrama sobre el campo yerto. Sólo las chicharras a los lejos ponen notas de música a una escena que se ahoga entre los silencios de la tierra dormida. Ni el viento parece postrarse sobre la árida tierra vencida que soporta grandes ruedas de fuego. Las nubes se dispersan y desaparecen en la inmensidad del cielo. A lo lejos, los cerros se convierten en abrasadoras ascuas y los árboles se ahogan entre llamaradas que queman las paredes del cielo. Arde el mar.

lunes, 19 de julio de 2010

La playa


Faltaban sólo un par de kilómetros cuando ese olor a sal entra por la nariz y recorre los sentidos. Saber que dentro de poco te encuentras con la inmensidad, con lo más parecido al infinito. A lo lejos se divisaba ya ese azul que se mezcla con el cielo haciendo de las nubes pequeñas islas desiertas. El sol renace del mar y la arena hace pequeños surcos que la memoria olvida. Poco después, las gaviotas desaparecen dejando paso a una colorida colonia de sombrillas y la vida vuelve a la costa, mecida entre un sol abrasador que otea imponente el paisaje.

martes, 29 de junio de 2010

Desnudo


Cuando lancé una mirada la encontré dormida plácidamente sobre la blanca sábana. Su rostro risueño encajaba con el rojo abanico que tenía entre las manos y que reposaba sobre sus pechos, mientras que su pelo ondeaba suelto, sin algún recogido que pudiera mantener preso sus cabellos. Sobre sus muslos, pequeñas piezas de fruta: naranjas, uvas, ciruelas…aunque sin duda, la más bella fruta era ella que, dormida, ni se inmutó de una mirada que clavó los ojos en su cuerpo y en cada uno de sus detalles.

Noche de verano


Las noches de verano ganan con el paso de los años. Cada manto de estrellas es diferente porque cada pequeña espuela de plata reluce con un brillo que no volverá a repetirse. Siguen multiplicándose y dividiéndose, pero siguen dándole a la oscuridad el tono azulado que la hace parecer un lienzo del mismo Van Gogh. El tenebroso azabache da paso a un azul casi añil y la luna aparece resplandeciente iluminando eternos campos de olivos que descansas tras una tarde febril, casi infernal, que se fue y dejó paso a una suave brisa nocturna por la que divagarán pequeñas historias bajo las sábanas.

domingo, 27 de junio de 2010

Paisaje


Los árboles han vuelto a recuperar sus verdes hojas después de una etapa que los dejó desnudos como si de un lienzo otoñal se tratase. El invierno hizo en ellos estragos, pero la primavera volvió a vestirlos de ese inmenso verde que cubre los campos convirtiéndolos en auténticos paisajes inolvidables llenos de toda clase de colores. Rojos, amarillos, verdes, azules, violetas…El mismo arco iris se instala en los campos y también en los jardines de las aldeas y en los grandes parques de las ciudades. La vida volvió a la vida.

sábado, 26 de junio de 2010

Verano


Los días se mecen entre abanicos a media tarde y paseos al anochecer. Largos caminos de madrugadas en luna llena que dejan paso a una alborada donde aurora extiende sus rosados dedos dando comienzo a un nuevo día, bajo el astro rey, que recorrerá angostas calles y desiertas plazas. El reloj del campanario da las cuatro. Las callejuelas duermen bajo un intenso calor de verano. Las chicharras cantan y la vetusta fuente del parque deja escapar el agua sobre la que sobrevuelan susurros de abejas.

viernes, 18 de junio de 2010

Mala memoria


De no pensar en nada a inundar la mente de viejas nostalgias. Y de estar perdido entre las sábanas a conseguir que uno sólo de tus recuerdos llegue a mi memoria, encontrándome una vez más contigo. Qué pronto olvidé pensar en ti y qué tarde me fui alejando de tus pasos. Qué alegría el no verte más, qué sonrisas se despiertan al verte dormida sobre la memoria y saber que no conocerás la luz. Pronto se borrarán tus huellas, aunque tu esencia seguirá detrás de las paredes de nuestra ínfima memoria...