
Y aunque pidas perdón quizás lo mejor sea no escucharte. Sería mejor que cada uno se fuera con su soledad a otra parte porque sólo así podremos recomponernos. A pesar de todo esto, no niego que te guardo gran cariño y cada día que pasa siento más ganas de volver a estar contigo, pero lo cierto es que ahora mismo pesa más todo el año que me has hecho y no creo que vuelvan a tener lugar otras historias ni otras segundas partes. Sólo así creo que será mejor nuestro destino. Tú, princesa de los cuentos sin final, y yo, caballero de la nada, caminaremos por senderos distintos con la única condición de no volver atrás nuestras miradas y así no vernos caer.
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