viernes, 11 de diciembre de 2009

Nostalgias


Recuerdo las tardes en las que poner las figuritas del Belén era toda una odisea. Con sumo cuidado prestar atención a un rincón que dentro de poco se convertiría en el punto neurálgico de la casa donde he pasado tantos años. Recuerdo poner un árbol gigante de navidad y engalanar con guirnaldas sus largas ramas hasta coronar con adornos la más alta esfera del mismo: una estrella de navidad que anunciaba que ya habían llegado las vacaciones. Cuántas pequeñas historias que hacían de aquélla época una de las más felices del año. Si se pudiera volver atrás y encontrar con la misma inocencia los dulces de limón…

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